¿Tienes un propósito de vida definido?, ¿trabajas por tus sueños o por los sueños de otras personas?,

Muchísimas personas se encuentran perdidas en algún momento de sus vidas, porque no tienen un propósito de vida definido. Todas hemos soñado con nuestra vida ideal pero poco a poco esa idea se fue desmoronando por el camino. Y terminamos actuando por inercia, sin sueños que cumplir, sin creatividad ni pasión.

Esto hace que las personas acaben trabajando en puestos que realmente no les satisfacen, que les suponen un esfuerzo y les generan estrés, frustración o ansiedad. Lo que conlleva a la infelicidad.

¿Cómo encontrar nuestro propósito en la vida?

Según los japoneses es básicamente la razón por la que nos levantamos todos los días, lo que da sentido a nuestra existencia. En la cultura japonesa le llaman Ikigai.

No existe una traducción literal del término japonés Ikigai. El concepto viene de la fusión de «ikiru» que significa vivir, «Kai» sería la materialización de lo que una espera. Podría ser algo así como propósito para vivir.

No hay una fórmula para encontrar nuestro Ikigai. Hay diferentes maneras de enfocar el tema. Encontrar nuestro propósito en la vida requiere que seamos capaces de enfrentarnos a nuestros miedos y andar por caminos por los que no habíamos estado antes. Exige arriesgarnos a equivocarnos, aprender de nuestros errores y que volvamos a intentarlo una vez más.

Para contestar a la pregunta de cual es nuestro propósito en la vida, debemos hacerlo desde lo más profundo de nuestro interior.

Debemos cuestionarnos cosas como:

  1. ¿Qué es lo que más me gusta o deseo?

2. ¿Cuáles son mis fortalezas?

3. ¿Qué es lo que puedo aportar al mundo, que este necesite?

4. ¿Con qué temas o actividades se te ilumina la cara y se te dibuja una sonrisa?

5. ¿Qué da sentido a tu vida?

6. ¿Qué actividades te dan energía cuando las haces, en vez de quitártela?

7. ¿A qué te dedicarías si tuvieras tu economía resuelta?

8.¿Qué problema de las personas te gustaría solucionar?

Recuerda que te gustaba y que se te daba bien en la infancia/adolescencia. A veces viene bien echar un vistazo hacia atrás. Todas las personas tenemos una habilidad especial pero por unas circunstancias o por otras, hemos ido apartando esas pasiones de nuestros caminos y de nuestras vidas. Parece que lo único importante es ser productiva, generar dinero y gastarlo, ¿es esa la vida que quieres?

Encuentra los puntos en común

Una vez que tengamos la respuesta de las preguntas anteriores, tenemos que encontrar un punto en común que pueda conectarlas. Busca algo que combine las fortalezas con las pasiones, cuando lo tengas, busca en qué podría aportar valor a los demás.

A Carlos se le da estupendamente cocinar y su pasión en la repostería. A lo mejor no consigues ver la union que tiene con aportar valor a los demás. Vender pasteles no quiere decir que no puedas aportar un gran valor a la humanidad. Unos pasteles bien hechos pueden alegrar los corazones de muchas personas que lo consuman. Incluso Carlos pensó que hacer dulces ecológicos para ayudar a cambiar la mentalidad de la sociedad y para participar en un movimiento que cada vez es más necesario.

Ponle nombre a tu Ikigai

Tenemos que elegir una frase que defina nuestro propósito en la vida. Cuando tenemos el Ikigai bien definido, podemos hablar de él y hacerle un hueco en nuestra mente.

No te líes escribiendo. Tiene que ser algo que no supere las dos líneas (si es una, mejor). Algunos ejemplos de Ikigai son:

  1. Posible Ikigai de un músico: alegrar el corazón de las personas a través de la música que emite mi instrumento.

2. Posible Ikigai de un arquitecto: construir casas sostenibles que al ser independientes energéticamente, contribuyan a proteger los ecosistemas naturales.

3. Posible Ikagi de un coach: ayudar a otras personas a resolver y superar los obstáculos de su vida.

Ahora tienes que pensar, ¿Cuál es el mío?

Las cosas de palacio van despacio, no puedes cambiar todo de un día para otro pero siéntete orgullosa por que ya estás un pasito más cerca.

Crea tu proyecto de vida

¿Qué es un proyecto de vida?

Vision board

Podríamos decir que es un documento donde resumes qué tipo de persona quieres ser, qué cosas quieres lograr, como lo vas a conseguir y qué necesitas para hacerlo.

Yo lo tengo todo plasmado en una cartulina, colgada de la pared de mi habitación. A veces incluyo cosas cuando me vienen a la cabeza las respuestas del apartado anterior.

La idea es tener un tablero/cartulina un visión board con fotos y frases que representen todo lo que quieres lograr de aquí a 5/10 años y ponerlo en un lugar visible. Te ayudará a mantenerte enfocada en tus metas y a aplicar la ley de la atracción (os dejamos el enlace que habla sobre la ley de la atracción). Imagina como te sentirías, que harías, con qué tipo de personas tratarías, cómo sería un día en tu vida, etc.

Tener un proyecto de vida no quiere decir que todo vaya a salir según lo previsto porque los tiempos, las cosas, incluso las personas cambian. ¿Quién te dice que no puedes cambiar de idea de aquí a 5/10 años?. Si algo de esto pasa, tenemos que revisar nuestro proyecto de vida y hacer los cambios necesarios para solucionar el problema.

¿Porqué debemos tener un propósito de vida?

Antes he puesto como ejemplo a los japoneses y no por casualidad. En la isla de Okinawa es dónde se originó la ideología/estilo de vida Ikigai. Es es lugar donde habitan las personas más longevas del mundo.

Os dejo unos cuantos ejemplos de como influye tener definido un propósito en la vida, Ikigai.

  1. En Japón no existe el concepto «jubilación». No existe la posibilidad de un retiro definitivo. Su propósito vital es muy importante para esta cultura. Este propósito existe mientras existe la persona.
  2. Los habitantes de Okinawa son conocidos por tener una salud de hierro y por ser prácticamente inmunes a los achaques propios de la edad. De hecho lo más común entre los ancianos es morir durmiendo, sin padecimientos crónicos previos.
  3. Su salud mentalmente también es sorprendente. No existen prácticamente casos de demencia.
  4. Su vida sexual se prolonga más que la media mundial, debido a la vitalidad de la que gozan.
  5. Tiene hábitos naturales y saludables. Todo el mundo tiene huertos, la vida comunitaria y cooperativa es muy importante en sus vidas.
  6. Para esta población, su Ikigai es ese propósito en el que todas aportan a la comunidad y eso les permite vivir con un objetivo claro y definido. Siempre están atareados pero nunca estresados. Les apasiona lo que hacen. Ven el trabajo como una fortuna y no como una obligación.

De ahí la famosa cita de Confuncio:

Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida.

Os dejo un enlace de la página de Marcos Cartagena, un español que se fue a vivir a Japón y cuenta todo lo que aprendió allí.

Si crees que este post puede ayudar a alguien, no dudes en compartir. Esperamos tu comentario más abajo, y sobre todo gracias por tu tiempo.

¡Nos vemos por la vida!

 

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