No hay amor suficiente capaz de llenar el vacío de una persona que no se ama a sí misma

Irene Orce

Todas las personas tenemos un ejemplo de relación tóxica cerca. A veces incluso nosotras mismas somos las protagonistas de este capítulo, cuanto menos, desequilibrante.

Pero ¿qué hay detrás de una relación toxica? ¿Hay verdadero amor? ¿Cómo es una relación tóxica y por qué nos vemos envueltas una y otra vez en ellas?

Hace poco estábamos sentadas en una terraza tomando una cerveza. Hablando del amor, una amiga contó su historia. Para poneros en situación, mi amiga había tenido siempre relaciones, de lo que hoy consideramos, estables y duraderas. Siempre ha sido una persona con una buena autoestima, alegre y muy segura de sí misma. 

Y de repente un día… ¡ay! Se enamoró. Vamos, lo que viene a ser dejar de utilizar la parte racional del cerebro. Pero esta vez, no iba a ser todo de color de rosas.

Mi amiga acababa de finalizar una relación larga, con lo cual sólo quería “pasarlo bien”. No quería compromiso.

Pero ella estaba acostumbrada a vivir en pareja, con lo cual el primero que más o menos cumplía sus expectativas, inconscientemente, le valía. Y esto fue lo que pasó.

Conoció a un chico que también acababa de salir de una relación, pero se gustaban. Cada vez iban quedando más a menudo, hasta que se hizo costumbre dormir siempre juntos.  Un día en tu casa, otro en la mía. Y a las 7 de la mañana cada uno a la suya.

Durante el día, no existían mensajes por parte de ninguno de los dos, ya que todo era una constante competición: se media el tiempo de respuesta de los WhatsApp, se compartían indirectas por Instagram, pero no había un “Como te ha ido el día”. Eso sí, a las 9 de la noche sonaba el teléfono para la cita diaria con la toxicidad.

Fueron pasando los meses, y empezaron los celos. Mi amiga le recriminaba que hablara con otras chicas y él que por qué le daba a like a los demás en Instagram.  Él se acostaba con otras, y ella lo sabía; pero se justificaba diciendo que “No somos nada, no somos pareja” a pesar de que le doliera, ya que ella se había ¿enamorado?

Y empezó la batalla. Tu me dices esto, yo te hago lo otro. Me engañas, te engaño.

Después de intentar romper varias veces y decidir no verse nunca más, al final siempre volvían con el pretexto de que lo que tenían era especial.

Mi amiga cambió por completo. Siempre estaba de mal humor. No dormía por las noches y se volvió desconfiada. Media sus publicaciones en las redes sociales y tenía ansiedad.

Él, más de lo mismo. Empezó a creer que todos le traicionarían. Se sentía inseguro y desmotivado.

A ambos les estaba matando esa relación. No podían impedir hacerse daño. Mantenían una relación toxica y los dos lo sabían.

Las relaciones tóxicas se basan en:

  • La mentira: Ocultar la verdad por miedo a perder a la otra persona y quedarse solas, a pesar de saber que es lo mejor.
  • Dependencia: Necesitar a la otra persona para conseguir estar bien, ya que por sí mismas no son capaces de lograrlo.
  • Control: Tratar de controlar la vida de la otra persona para sentirse seguras.
  • Rencor: Actuar sin pensar la una en la otra, generando un rencor desorbitado.
  • Desatención: No cuidar la relación.
  • Idealización: Buscar la pareja ideal basándose en unas expectativas.

Cualquiera que lea esto, tiene muy claro lo que tiene que hacer, y más si eres consciente de que esta relación no te está haciendo bien.

¿Por qué mantener una relación tóxica?

Pues bien, hay varios motivos por lo que solemos vernos envueltos en una relación de este tipo.

  • Dependencia emocional: Necesitan la aprobación de los demás, siendo incapaces de tomar decisiones sin que los demás les digan que son las correctas.
  • Baja autoestima: está claro que cuando posees una baja autoestima, eres más vulnerable a ser manipulada, y a depender de otra persona.
  • No se hacen responsables de su bienestar: Creen que la otra persona es la responsable de cómo se sienten, creando una dependencia hacia la pareja y un miedo a que ésta desaparezca. Creen que tanto su felicidad como sus desgracias no son responsabilidad suya, sino provocadas por la otra.
  • Inseguridad: Para estas personas, todo es una constante duda. Les cuesta tomar decisiones así que prefieren que las demás lo hagan.
  • Carencias afectivas: Detrás de las relaciones tóxicas y de la dependencia, suele haber unas carencias afectivas que provienen, normalmente, de experiencias en la infancia.
  • Confunde el amor: estas personas creen que el sufrimiento es parte del amor. Se agarran a la idea de que, si sufres más, es porque realmente estás enamorado, confundiendo esto con inseguridad, celos, obsesión y baja autoestima.

Teniendo todos estos factores, tomar la decisión de acabar con la relación y no saber qué pasaría después era como el fin del mundo para ellas.

Hasta que llegó un día en el que, cansadas del desgaste psicológico que mantener esta relación les causaba, decidieron poner punto final.

¿Cómo acabar con una relación tóxica?

  • Alejarse: Para olvidar a alguien, la separación física puede ayudar. Poco a poco dejarás de necesitar que esta persona esté en tu vida. Cuando te des cuenta de que eres capaz de hacer lo mismo sin ella, te sentirás mejor.
  • Reflexiona sobre qué es lo tóxico de la relación: Darse cuenta de qué es lo que estaba causando esta situación te ayudará a no repetirla en el futuro.
  • Quitarse la creencia de que todo es culpa tuya: Hay veces que las relaciones de pareja no funcionan simplemente porque no somos compatibles. Asumir la responsabilidad de que no ha funcionado está bien, pero no puedes asumir la responsabilidad de la otra persona. Aceptar que la relación ha terminado y no culparte por ello es esencial para superarlo.
  • Rompe con el miedo: El miedo nos impide ver más allá. Ser valientes y romper con las creencias que nos limitan a conseguir el bienestar nos dará el empujón que necesitamos.

Y la vida siguió. 

¿Se quisieron? no se sabe. ¿Aprendieron? Seguro que mucho.

Si quieres saber si tu relación es toxica, puedes hacer este test aquí.

Si estás viviendo ahora mismo una relación de este tipo, te aconsejamos que valores la situación. Sabemos que es difícil acabar con aquello que ahora es parte de tu vida, pero al otro lado del miedo, está el verdadero amor.

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¡Nos vemos por la vida!

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