Es preferible la soledad digna y sin conflicto, que una relación incompleta en la que la carencia manda.

Walter Riso

Se ha hablado mucho acerca de cómo es el vínculo que tenemos con nuestros padres y la repercusión en nuestras relaciones.

Todas las personas sabemos que, como seres sociales, las relaciones con el mundo externo influyen en nuestras actitudes y comportamientos.

Lo mismo ocurre al elegir a la pareja ideal.

Pero ¿hasta qué punto están relacionados estos factores? ¿Cómo podemos restablecer la relación con nuestros padres y mantener una relación sana?

Hoy te traemos unos ejercicios sencillos y efectivos para resolverlo.

La relación con los padres.

Los padres son el primer agente socializador. Durante nuestra infancia, ellos lo son todo: seguridad, cuidado, alimentación y cariño. Por ello no es de extrañar que este fuerte vínculo nos marque para siempre.

Podemos decir que, esta primera relación, es una preparación para las siguientes relaciones que tengamos. Es como una especie de práctica que nos permitirá sentar las bases de nuestras actuaciones posteriores.

Si tus padres te protegieron demasiado, vigilando excesivamente tus pasos, probablemente la relación con los demás se basará en la dependencia. Tu mente buscará personas que resuelvan tus problemas como lo hacían tus padres.

Sin embargo, si tus padres crearon un clima de confianza, respetando tus opiniones y dejando que tomaras tus propias decisiones, probablemente tu círculo social será un reflejo de esto.

Los padres ausentes, tanto física como emocionalmente, es algo muy difícil de sobrellevar.

Todo esto que vamos adquiriendo se queda almacenado en nuestro subconsciente para que, cuando sea necesario, lo utilicemos.

Por supuesto, no puedes culpar a tus padres de nada. Ni de cómo son, ni de cómo eres.  Bastante tuvieron ellos con la misión de darte de lo mejor. Lo que sí que puedes hacer es tomar consciencia de esto, responsabilizarte y cambiarlo.

La pareja

Como ya sabrás, esto también se ve reflejado a la hora de buscar una pareja sentimental. Buscaremos repetir la misma relación que tuvimos con nuestros padres, pero esta vez, con nuestra pareja.  Además, también influirá el tipo de relación que tuvieron entre ellos. Esto no tiene nada de malo si tu relación es sana, y tú te sientes bien.

Pero si no es así, es momento de desprenderte de todo aquello que no te hace bien.

¿Por qué no encuentro pareja?

Es una de las preguntas estrellas que más nos hacemos. Llega un momento de tu vida que, tras varias relaciones fallidas, comienzas a pensar qué es lo que pasa.

¿Por qué no encajo con nadie?

¿Por qué siempre le saco defectos a todas mis parejas?

¿Por qué no me puedo enamorar tan rápido como lo hacen los demás?

¿Por qué mis parejas me engañan?

Y así un sinfín de preguntas que sólo podemos resolver cuando realmente nos demos cuenta de dónde proviene el fallo y desde dónde es necesario arreglarlo.

Son muchas las razones por las que no conseguimos crear y mantener una relación sana con alguien:

  1. Miedo a que no salga bien: No nos vamos a engañar. Prometer amor para toda la vida es, en muy pocos casos, cierto. A lo largo de nuestra vida nos vemos envueltas en diferentes relaciones que nos ayudan a conocer distintas partes sobre nosotras mismas. A veces son relaciones sencillas, y otras no tanto. El miedo a repetir situaciones cuando no han salido bien, el miedo a pasarlo mal es en ocasiones lo que nos impide estar receptivas a comenzar una nueva relación.
  2. Autoestima baja: La visión que tenemos de nosotras es muy importante a la hora de establecer relaciones. La inseguridad y el miedo pueden impedirte relacionarte con los demás y, en consecuencia, mantener una relación.
  3. No me quiero comprometer: El miedo inconsciente por diferentes factores a comprometerse con alguien es otro de los factores determinantes. El compromiso es algo muy complicado, aunque  a veces cueste admitirlo. Dar ese paso es algo para lo que no todas las personas están preparadas.

¿Qué hacer si no tengo pareja, pero la quiero?

 

En la sociedad actual, es muy normal no tener pareja. Es completamente respetable y sano. Además, hoy en día hay muchos tipos de relaciones sentimentales. El conflicto viene cuando sentimos que queremos compartir un proyecto de vida con alguien, pero aún tenemos cosas que resolver interiormente.

Y como bien dice la frase “No se puede dar lo que no se tiene”, vamos a intentar ponernos en armonía con nosotras mismas y ver cómo podemos resolverlo.

  1. Analizar la relación con tus padres. Hacer un análisis de forma consciente de cómo fue y de cómo es la relación con tus padres te ayudará a conocerte mejor y a saber por qué actúas de una forma u otra. Normalmente, cuando hablamos de relaciones con los padres y la pareja, en el caso de las mujeres tiene que ver con la relación que tuvieron con los padres y en el caso de los hombres, con las madres. Además, la relación que tuvieron entre ellos es también un modelo para nosotras. Si tienes la posibilidad, habla con tus padres. Pregúntales cosas sobre tu infancia: como era su relación en el momento en el que tú naciste, la forma que tenías de actuar ante diferentes situaciones, como te trataban…
  1. Anótalo y reflexiona sobre ello. Te sorprenderás de las cosas que puedes entender sobre tu personalidad y los motivos por los que tomas unas decisiones u otras. Elabora un listado sobre cosas que quieras mejorar. Una vez hecho el análisis del punto anterior, vamos a elaborar un listado con aquellas cosas que, conscientemente, has analizado y quieres mejorar. Ves punto por punto y a cada cosa, propón una acción para mejorar.

Ejemplo: Soy muy exigente conmigo misma porque tenia muchos hermanos y para destacar entre ellos, debía hacer las cosas perfectas, y así conseguía la atención de mis padres. Ahora soy una persona que quiere agradar en todo momento a las demás y si no lo consigo me siento mal. La solución que propongo es tomarme un día a la semana para hacer cosas para mí. Además, soy cosciente de que a cada persona le gusta una cosa al igual que a mi. Hay veces que mis acciones gustan y otras no, pero en el momento que tomo las decisiones sé que son lo mejor para mí. Aprendo que la satisfacción personal es mas importante que la externa, por ello me felicito por mis logros y aprendo de mis fracasos.

  1. Elaborar un listado de lo que quieres en una relación. Anota qué es lo que tiene que tener una relación sana para ti. Sé sincera.
  1. Elabora un listado de los rasgos de tu persona ideal. Ahora es momento de describir lo que tiene que tener alguien que para ti sea “la pareja ideal”. Esta lista te hará reflexionar sobre algo muy interesante: lo que quiero en una persona ¿Lo tengo o estoy trabajando para conseguirlo? Es importante darse cuenta de que lo que exigimos en los demás, es algo que debemos ser nosotras mismas. Por ello, puedes querer que tu persona ideal sea independiente, pero si tu no lo eres o no estás trabajando para serlo, la relación será más complicada.

¿Por qué elaborar listas?

Poner por escrito lo que pensamos nos ayudará a organizar nuestros pensamientos. Reflexionar de forma consciente facilitará esclarecer nuestros objetivos y alcanzarlos de forma más rápida. Tu también puedes escribir el motivo por el cual decides hacer un listado. Si te cuesta, puedes leer nuestro artículo sobre la escritura.

Hay muchos libros, artículos, videos… que hablan sobre cómo influyen las relaciones con los padres y cómo mantener una relación sana. Nosotras te recomendamos este

Cuéntanos cual es tu experiencia en este proceso y si tienes alguna duda, no olvides escribirnos a lamentemocionante@gmail.com. Además, puedes seguirnos también en Instagram, Twitter, Facebook y Pinterest.

¡Nos vemos por la vida!

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