Hace algún tiempo que me aventuré a adentrarme en el mundo de “Los hábitos saludables”. Sentía que necesitaba cambiar algunos aspectos y actividades de mi vida cotidiana para sentirme mejor conmigo misma y a la vez, alcanzar los objetivos que me había propuesto.

En el artículo de hoy, quiero compartir contigo aquellos pequeños pero efectivos trucos que aprendí y que hoy me siguen siendo de ayuda cuando necesito incorporar o modificar un hábito en mi vida.

Dependiendo de lo que sean, nuestros hábitos nos harán o nos romperán. Nos convertiremos en lo que hacemos repetidamente.

Sean Covey

Los hábitos.

Los hábitos son aquellas conductas que se repiten regularmente. La vida del ser humano es una constante sucesión de hábitos, que a su vez nos proporcionan una estabilidad. Los hábitos nos ayudan a hacer de las tareas cotidianas algo más sencillo, ya que los hábitos se realizan sin necesidad de razonar, suceden con el “piloto automático”.

¿Por qué son tan importantes?

 Imagínate que cada día que llegas a tu casa, los vasos están guardados en un lugar distinto. Tendrías que invertir un montón de tiempo cada día en buscar los vasos por toda la casa. Sin embargo, si siempre están en el mismo lugar, ni siquiera debes de pensar en los vasos, simplemente si tu cerebro te envía la señal de que tiene sed, automáticamente va al armario, coge el vaso y lo llena de agua. Automatiza el proceso.

Con lo cual, podemos decir que los hábitos nos ayudan a ahorrar un valioso tiempo y a la vez, nos dan la seguridad de tener las cosas bajo control.

¿Cómo se forman los hábitos?

Las actividades se convierten en hábitos en el momento en el que estos se vuelven automáticos. Así de sencillo. Cuando esta acción está presente en tu rutina, el cerebro irá creando una nueva conexión neuronal hasta que sin darte cuenta… estés realizando esta acción inconscientemente. Esto puede ser maravilloso, pero a la vez, dar un poco de miedo.

Hábitos

Para que un hábito aparezca, deben de darse dos factores básicos: el recordatorio y la recompensa.

Hay una regla conocida como “la regla de las 3 R´s”, en la que determina que la formación de hábitos se debe a:

  1. Recordatorio: es el estímulo que inicia la acción.
  2. Rutina: Acción que se realiza.
  3. Recompensa: Beneficio que se obtiene de dicha acción.

El cerebro logra establecer esta relación “recordatorio-rutina-recompensa” siempre que el estímulo sea el mismo.

Si el resultado es positivo, tenderás a repetirlo y crearás una rutina. Que el resultado sea positivo no tiene nada que ver con que sea beneficioso con tu salud (tanto mental como física). Por ello, los hábitos pueden ser saludable o no dependiendo de cómo influyan en tu bienestar.

Cómo cambiar mis hábitos.

Me imagino que si has llegado hasta aquí es porque estás buscando cambiar algunas pequeñas cosas de tu mundo. Sabemos que no es fácil. Probablemente lleves mucho tiempo realizando las mismas acciones y tu cerebro haya creado no sólo carreteras nuevas, sino toda una compleja metrópolis.

La buena noticia es que, igual que se crearon los hábitos antiguos, puedes crear nuevos.

Vamos a ver cómo.

  1. Identifica el hábito que quieres cambiar. Reflexiona y anota qué hábito es el que quieres cambiar. Como los hábitos se llevan a cabo de forma inconsciente, es probable que te cueste identificarlo a pesar de que todas sabemos qué es lo que nos beneficia y qué no.
  2. Elige un nuevo hábito. Alguien me dijo una vez que al cerebro no le gusta el vacío. Esto viene a decir que no podemos eliminar algo y ya está. Debe ser sustituido por otra cosa. Piensa qué hábito es el que quieres utilizar como sustituto al anterior.
  3. Persiste. Para crear un hábito, la persistencia es tu mejor aliado. Un sencillo truco para lograr ser persistente es programar tu hábito. Esto viene a decir que realices la actividad siempre a la misma hora. Y si por diferentes motivos no puedes ¡Crea un patrón!  Ejemplo: Los lunes y miércoles hago deporte por la mañana y los martes y jueves por la tarde. Como ves, siempre hay una buena solución para todo. Otro pequeño truco es hacerlo siempre en el mismo lugar. El cerebro hace una asociación del lugar y la actividad, con lo cual será más sencillo que el hábito perdure.

Ahora es momento de empezar a cambiar tu nuevo hábito.

  1. Escoge un lugar tranquilo y ten cercar de ti papel y bolígrafo.
  2. Haz dos columnas. En la de la izquierda vamos a anotar los hábitos que queremos cambiar. En la de la derecha anotaremos los hábitos que sustituirán a los anteriores.
  3. Ahora nos centramos en los hábitos nuevos. Escribiremos en qué momento y lugar vamos a realizar estos nuevos hábitos. Este listado debe de ser realista. Te aconsejo que empieces por pequeños hábitos antes de conseguir uno mayor. Esto te servirá de práctica.
  4. No nos podemos olvidar de que en este proceso aparecerán una y otra vez las excusas. Así que, ¡vamos a adelantarnos a ellas! Escribe un listado con las excusas. Escribe todas aquellas que se te pasen por la mente. Así, el cerebro etiquetará todas aquellas cosas como excusas, y la próxima vez que pienses en que no quieres realizar tu acción por algo de esta lista, tu cerebro ya tendrá claro que es simplemente una excusa y será más fácil para ti superarla. Te vas a volver consciente. Si aun así decides saltártelo, al menos no te quedarás tranquila y la siguiente vez te lo pensarás dos veces.

¿Ya estás preparada para comenzar a cambiar? Si quieres conocer más acerca de esto, te recomendamos este libro, donde encontrarás una información más detallada.

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Además, nos encantará conocer cuáles son los hábitos que más te cuesta o te ha costado cambiar y cuáles son los trucos que tú utilizas para ello.

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¡Nos vemos por la vida!

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