Celebra quién eres en lo más profundo de tu corazón. Ámate a ti mismo y el mundo te amará.

Amy Leigh Mercree

El primer amor de tu vida es el amor que te tienes a ti misma: el amor propio. Pero ¿el amor propio es lo mismo que la autoestima? ¿Cómo consigo mantener y alimentar ese amor hacia mí misma cuando estoy viviendo una situación difícil?

He escuchado muchas veces como me decían que tengo una actitud muy positiva ante la vida. También he oído que gracias a mi buena autoestima las puertas se me abrían para conseguir todo aquello que me proponía. Algunas veces, cuando desprendía demasiado “amor propio”, me han catalogado de arrogante, y de tener aires de superioridad.

Así que me planteé la siguiente pregunta: ¿Tan delgada es la línea que separa el ego del amor propio?

El amor propio, la autoestima y el ego.

En nuestro anterior post, ya hicimos una reflexión global de lo que es el amor.

Cuando hablamos de amor propio, nos referimos a esa visión que nosotras mismas tenemos de nuestra persona: cómo nos valoramos, si nos aceptamos tal y como somos, qué percepción y qué respeto nos tenemos.

El amor propio refleja cómo es nuestra relación con cada una de nuestras partes: actitudes, físico, emociones, personalidad y carácter.

Tener una buena visión de nosotras mismas, tenernos amor propio, será indispensable para tener una buena autoestima, ya que la autoestima es el resultado de toda esa evaluación que hacemos sobre nosotras.

Hasta aquí, todo entendido. El amor propio influye en nuestra autoestima (tanto para bien como para mal). Por ello cuanto más amor propio tengamos, más alta será nuestra autoestima.

La importancia de tener una buena autoestima.

 Pues bien, las personas con una alta autoestima, con una buena valoración de ellas mismas, se caracterizan por ser

  • Personas amistosas. saben relacionarse con los demás y, por lo tanto, son personas queridas.
  • Les resulta sencillo entender y perdonar a los demás.
  • Saben relacionarse con los demás y disfrutan de sus momentos de soledad.
  • Entienden el fracaso como parte del aprendizaje, no como una característica de su persona. Con lo cual, suelen lograr lo que se proponen porque conocen lo que son capaces de lograr.
  • Son independientes y resolutivos.
  • Son personas seguras, con capacidad para mostrar sus sentimientos y expresar sus ideas sin temor a ser juzgadas.
  • Les gustan los retos a pesar de saber que no siempre lograrán tener éxito.
  • En general, son más felices, ya que confían en ellas mismas.

Estarás de acuerdo conmigo en que tener una buena autoestima es una buena herramienta para la vida, ¿verdad?

Ahora bien, cuando nos encontramos con una persona así, segura de sí misma, con unos valores claros y “echada para adelante”, tendemos a confundirla con una persona con mucho ego.

Y queridos amigos y amigas, ego no es sinónimo de autoestima. El problema es que siempre nos han hecho creer que hay que mirar por los demás antes que por nosotras mismas. Esta creencia se ha instaurado tanto en nuestros días que ha creado una desconexión espectacular con nuestras necesidades.

Así, olvidamos que es lo que realmente queremos, como nos sentimos. Nuestra opinión, sentimientos y emociones se ven influenciadas por los demás. Primero lo que quiera la sociedad, y luego ya si eso, si coincide con lo que la mayoría acepta como bueno, doy mi punto de vista. ¡Error!

Pero no pasa nada, que para eso estamos aquí, como buenas personas con alta autoestima sabemos reconocer que estamos equivocados y ¡vamos a mejorar!

Una persona con excesivo ego solo mira por sí misma, no es capaz de ver más allá de sus creencias, tiene dificultad para aceptar las críticas y siempre espera recibir algo a cambio.

Como ves, el ego y la autoestima no tienen nada que ver. Hay que romper con la barrera de la creencia de que, si eres una persona con una buena autoestima, eres una persona egocéntrica.

Cómo mejorar la autoestima

Y, si has leído hasta aquí y te has dado cuenta de que tienes que empezar a trabajar sobre tu amor propio para ser una persona con una buena autoestima, aquí van algunos consejos para empezar hoy mismo a cuidar de ti.

  1. Detén tu voz crítica. Esa voz interior llena de cosas negativas que todos nosotros tenemos es la mayor responsable de que nuestra autoestima sea baja.  Ser conscientes de estos pensamientos e inmediatamente cambiarlos serán la clave para que tu autoestima aumente. Por ello, a partir de ahora, cuando algún pensamiento negativo venga a tu cabeza, sobre todo si es sobre tu persona, transfórmalo. Una técnica que llevo utilizando mucho tiempo es la de elegir algo que me gusta mucho, por ejemplo, la playa. Cada vez que me doy cuenta de que estoy pensando en negativo, digo MAR. El pensamiento negativo se para automáticamente y se suple con uno positivo.
  2. Primero tú. No busque la aprobación de los demás. Cuando vayas a hacer algo o a tomar una decisión, pregúntate si lo haces para ti o para los demás. Si necesitas la opinión de los demás a menudo, empieza por pequeñas acciones: Ves de compras y elige algo sin preguntar a nadie o elige donde quieres ir a cenar en lugar de decir “me da igual”.
  3. ¡Eres genial! Una fantástica técnica para afianzar un pensamiento y que se convierta en una convicción profunda es la repetir afirmaciones. ¿Cómo lo hacemos? Muy sencillo. Sólo tienes que repetir unas cuantas veces al día, cómo y cuando quieras, frases positivas sobre ti: Me quiero, soy una excelente compañera, tengo una buena capacidad organizativa… ¡Puede ser lo que quieras! Para que no se te olviden, yo lo que hago es apuntarlas en un papel y dejarlas en un sitio visible, así cada vez que lo veo me acuerdo de lo fantástica que soy.
  4. Muévete. Lo siento, pero vas a tener que sudar la camiseta si quieres tener una buena autoestima. No te digo que te hagas una maratón… pero sí que te mantengas en forma. El físico y la mente están estrechamente relacionadas. Con lo cual, si te ves mejor eso influirá en tu valoración. Si no estás acostumbrada a hacer ejercicio de manera regular, comienza por andar 15 minutos al día y ves aumentando este tiempo poco a poco.
  5. ¡Haz amigos! Relacionarte con los demás es muy importante para aprender. Elige rodearte de personas que te aporten cosas buenas, con las que te sientas cómoda y te aporten confianza y ¡mucha risa! Apúntate a alguna actividad que te guste o busca personas en grupos de Facebook con tus mismas aficiones. Teniendo cosas en común, es más fácil conectar.
  6. ¡Deja de ser perfeccionista! Está muy bien que las puntas del edredón estén en perfecto orden con el somier, pero si un día no lo están, no pasa nada. Y este ejemplo le puedes usar para todas las parcelas de tu vida. Mejorar está bien, pero obsesionarse con la perfección implica que nunca vamos a estar contentos con el resultado.
  7. ¡Acéptate! Si no te gusta algo, cámbialo. Y si no puedes cambiarlo, Acéptalo.

Alguien me dijo alguna vez: si quieres conseguir el amor de los demás, empieza por amarte a ti misma. Una vez que lo hagas, te darás cuenta de que no necesitas ningún otro.

¡Nos vemos por la vida!

2 comentarios

Deja un comentario