Nuestro entorno está conectado con nosotros y refleja nuestra mente: cuando está desordenado, nuestra mente también
Keisuke Matsumoto
Nuestra casa es uno de los elementos materiales donde más tiempo pasamos. Y el orden exterior está relacionado con el orden interno.
Mantener el orden en casa puede ser más complicado de lo que parece, pero con estos trucos, ¡tu casa se verá siempre impecable!
¡Casa en orden, mente en orden!
Vamos a empezar por el principio: la casa. Nuestros hogares contienen un montón de cosas, no sólo materiales, si no también emocionales.
Por ello, el orden en casa es imprescindible. No creo que pudiese disfrutar leyendo un libro sabiendo que tengo la casa como una leonera.
Y creo que el orden tiene mucho que ver con la disciplina.
Hace algún tiempo que estuve leyendo varios artículos sobre cómo se puede mantener una casa limpia y organizada sin tener que estar horas limpiando. También utilicé este libro titulado «La magia del orden«.
He hecho un resumen de los que he probado y a día de hoy utilizo. No los hago según ninguna regla, si no a mi manera y según he ido viendo que necesitaba.
1. La regla de los dos minutos
Para nuestro cerebro es mucho más sencillo hacer 10 tareas de 2 min que una de 20 minutos. Biológicamente es lo mismo, pero la actividad de 20 minutos seguidos lo ve más cansado.
10 veces 2 minutos es la clave para tener la casa ordenada.
Si llegas a casa y dejas la chaqueta en el perchero tardas menos de 2 minutos en hacerlo y evitas tener que recogerla después de cualquier lugar que se haya dejado.
Si estás en casa tomando café y lo recoges y dejas la taza en el lavavajillas o lo lavas, te ahorras acumular vajilla en el fregadero.
Y así con un millón de ejemplos.
Eso sí, si tienes los hábitos pero tienes un exceso de objetos, no tienes una casa ordenada.
2. Los hábitos no negociables
Son 4 actividades diarias (yo cogí 4 porque hay que ser realista y no ponerse unos objetivos que sabes que no vas a poder cumplir) de menos de 5 minutos cada una. Y lo de no negociable te puedes hacer una idea de lo que supone ¿no?
Son actividades que tienes que hacer todos los días SÍ o Sí. No hay excusa. En mi caso fueron:
- Recoger cocina siempre después de comer/cenar/cocinar.
Limpiar la cocina después de las comidas es lo que más pereza en la vida me daba… así que sabía que el cambio debía comenzar por ahí. Siempre lo dejaba para después con la excusa de que estaba muy cansada y no me apetecia y claro cuando llegaba después me tocaba recoger el doble.
Desde entonces lo que hago según como/ceno es recoger la mesa, meter todo en el lavavajillas, limpiar la encimera y fregar el suelo, no tardo más de 5 minutos de verdad y la sensación de paz que me da ver la cocina ordenada y limpia todo el día es increíble.
2. Limpiar baño.
Con esto no quiero decir que limpie el baño a fondo todos los días ni mucho menos, pro si invierto esos 5 minutos (normalmente después de ducharme) en limpiar con una bayeta la bañera, el lavabo y el wáter, echo ambientador y limpio el cristal. Pequeños gestos del día a día manchan muchísimo nuestros baños, como lavarse los dientes, peinarse… y hacen que al final del día parezca que el baño está super sucio. Para mi un baño limpio es imprescindible.
3. Hacer la cama y ventilar.
Puede parecer evidente, pero una cama bien hecha y que huele a limpio a la hora de irte a dormir a mi me parece la mejor sensación del mundo.
Mientras ventilo la casa, coloco los cojines del sofá del salón y después hago la cama y echo un ambientador de textiles a ambas cosas.
4. Vuelta de los 5 minutos antes de irme a la cama.
Todas las noches antes de irme a la cama, me doy una vuelta por la casa para ver que todo está en orden para el día siguiente y colocar las cosillas que se haya podido dejar por medio a última hora.
Me encanta ver mi casa limpia y recogida antes de irme a dormir, me da mucha energía para empezar bien al día siguiente.
3. La regla de 1 por 1
Puede que tu problema con el desorden sea debido a la acumulación innecesaria.
Si por quieres tener un armario organizado es muy difícil si tienes 2384874 prendas. Entonces la próxima vez que quieras comprarte alguna prenda, piensa que vas a tener que tirar/donar otra de tu armario
Uno que entra por uno que sale.
Y esto tienes que adaptarlo a todas la estancias de la casa.
Por ejemplo: los recibos de luz, gas… que solemos acumular en el cajón de la entrada o cualquier otro lugar, las tazas del desayuno, decoración, la mesa de centro del salón suele acumular muchas cosas también, sábanas, toallas.. etc.
4. La regla de los 365 días
Esta regla nos viene genial para deshacernos de toda la acumulación innecesaria que tenemos.
Es simple, aunque no puedes tener contemplación.
Coges una bolsa grande y observa espacio por espacio de la casa todos los objetos que nos has usado, que no ha sido útil estos últimos 365 días y recíclalo, dónalo o tíralo. Sin contemplaciones, como te he dicho.
Hay cosas que me pensé mucho en qué hacer con ellas, porque algunas aunque no habían sido útil últimamente pues me daba pena tirar o donar. Y ahí es cuando realmente me empecé a dar cuenta la cantidad de cosas que tenia por tener que no me aportaban nada, y en algún momento seguro que pensaba que era una ¨necesidad¨.
Me deshice de muchas cosas y la verdad es que por una lado me sentía horriblemente mal por todo ese consumo inútil que en algún momento pensé necesario, pero por otro me sentí reconfortada porque bastante gente pudo aprovecharlas de nuevo.
Confieso que al principio no fué nada fácil ser constante. Por eso decía al principio del post que el orden tenía mucho que ver con la disciplina. Así que me puse a leer sobre ella y me ayudo para conseguir hacer de esos hábitos una rutina y la verdad que a día de hoy estoy muy orgullosa de haber conseguido mantener estas rutinas y tener mi casa limpia y ordenada.
¿Qué métodos utilizas tú para mantener tu casa en perfecto orden? ¿Crees que el orden exterior influyen en tu orden interno?
¡Queremos saber tu opinión! Puedes dejar un comentario más abajo o escribirnos a lamentemocionante@gmail.com
Además, si te perdiste nuestro articulo sobre la crisis de los 30 años, puedes leerlo aquí.
¡Nos vemos por la vida!